Budapest es la capital más original de Europa porque tiene unas cuantas cosas que no se ven en ninguna otra gran ciudad. Es un lugar tan interesante y entretenido que se pueden pasar 10 días en ella sin aburrirse ni cinco minutos.
Desde tomarse el metro más antiguo de Europa, enfiestarse en un edificio de la segunda guerra mundial, pasear en barco rodeando palacios gigantezcos o bañarse en aguas termales rodeado de húngaros. Budapest es el lugar ideal para que el viajero saque partido a su viaje, deje aflorar su espíritu explorador, y se deje llevar por ese niño asombrado que llevamos dentro.
Esta es una señora ciudad, y es absolutamente mágica. Así lo sentí yo la primera vez que la pisé. Y recorrerla a lo largo y ancho es incansable.
Acá les cuento algunas de las experiencias que me brindó Budapest y que jamás olvidaré:
1) Baños Termales:
“Tomar las aguas”, así le dicen ellos a la más aunténtica experiencia local.
Esta ciudad se encuentra en una falla geológica de donde emanan mas de 120 fuentes termales naturales. Lo que la convierte en un gigantezco spa urbano.
En diferentes zonas se pueden encontrar los famosos “balnearios” o spas, donde se puede pagar una entrada y disfrutar del relax de estas aguas calientes naturales.
Los complejos son hermosos y difieren mucho unos de otros, algunos de ellos se encuentra en edificios que datan de épocas muy antiguas. Hay piscinas interiores como exteriores, salas de vapor, saunas y salas de masaje. Hasta se pueden encontrar algunos con máquinas de olas y remolinos.
Curiosidades de los baños termales:
Los romanos utilizaron estas mismas aguas para relajarse hace más de dos mil años.
No todo el mundo acude a divertirse. Las aguas son muy buenas para la artritis, dolores musculares y de articulaciones.
Aunque hablando con los locales nos admitieron que la mayoría de los húngaros lo hace por la “cura milagrosa” a la resaca 🙂
2) De noche por El Danubio:
Luego del atardecer, Budapest se viste de gala. La ciudad completa queda iluminada de forma casi artística y los castillos puentes y edificios parece que cobraran vida.
Entonces, un paseo por el Danubio se vuelve imperdonable.
Durante todo ese recorrido uno se siente flotando por un lugar alejado de la realidad. Los paisajes parecen de escena cinematográfica.
Tomando una copa de vino, acompañado por unos violines que suenan en vivo, uno se recuesta sobre la baranda de la terraza del barco y se maravilla completamente con toda la magia de Budapest.
Esta es la postal nocturna de nuestro Viaje en Grupo “Europa Alternativa”. Nunca habíamos visto una cosa semejante.
3) Pasear como un local:
Aunque el húngaro sea uno de los idiomas más dificiles del planeta, no es complicado moverse como un lugareño. Simplemente hay que aprenderse algunas palabras y frases para así lograr que los locales sean aún más amables.
La comida:
Comer delicioso en la capital de Hungría es inevitable.
Nunca nos había pasado, en un momento abrimos la app de Tripadvisor para decidir a donde ir a comer y resultó un trabajo complicado, nos encontrarnos rodeados de más de 100 restaurantes con certificado de excelencia.
Estos húngaros se toman muy enserio la cocina.
El viajero puede encontrar lo que quiera. Desde un típico “Goulash” (Sopa de carne), un “Langos” (tortilla frita con queso y gustos por arriba), los típicos pasteles dulces o un buen plato de lugares vegetarianos.
Nosotros siempre optamos por los típicos comedores de familia en donde se encuetran esas doñas que saben muy bien lo que hacen.
A ver si alguien entiende este menú jaja
El transporte:
Otra cosa increíble de Budapest que me dejó asombrado es su red de transporte.
Algo que yo disfruto mucho porque te da la posibilidad de moverte para arriba y para abajo y así aprovechar mejor el tiempo.
Metro, Buses, tranvías (antiguos y modernos), bicicleta, taxis, etc.
Algunos de los tranvías atraviesan el río por el puete, una línea de metro pasa por debajo del río. Y la transición entre unos y otros, como te mencioné arriba. Pasar desde el metro más antiguo de Europa a uno que parece una nave, es único.
Los mercados:
Los mercados de Budapest son muy divertidos, se puede encontrar de todo en ellos. Desde diamantes hasta armaduras antiguas, y también están los suvenires de Hungría como la paprika.
No te podes perder pasear por los mercados, comprar cosas para llevar a casa y comer algo típico local.
4) Kertek o bares jardín:
Estos sí que solo se ven acá. Y mucho cuidado al que le gusta la noche porque puede quedar atrapado en las redes de Buda.
Los Kertek son ambientes muy lindos que se arman para la fiesta, y pueden ser tanto en el fondo de una casa como en la azotea de un edificio. Muchos de ellos se acomodan para bar, y se amoldan a una especie de club nocturno cuando invitan djs.
En verano los Kertek afloran como de abajo de las piedras, y son todos muy diferentes entre si, la noche no termina jamás.
5) Caminar, Caminar y caminar:
Puede que por momentos estés cansado de recorrer esta enorme ciudad. Pero es todo tan hermoso que las piernas no se pueden detener. Mucho menos la mente, constantemente asombrada.
En Buda no necesariamente hay que visitar museos, la calle misma lo es, un auténtico museo vivo.
La arquitectura de los edificios que reposan sobre los Bulevares, las fachadas de las casas antiguas, las estatuas se alzan en plazas y hasta sobre las paredes, los murales realizados por artistas.
Creo que es uno de los grandes privilegios del viajero, recorrer este tipo de ciudades tan pintorescas y variadas en donde lo más lindo no está escrito en ningún lado.
Simplemente hay que salir a bucear esas calles y lo mejor puede aparecer a la vuelta de cualquier esquina, cuanto más curioso seas mejor será tu experiencia.
¿Te gustaría conocer Budapest con nosotros? Vamos en grupo en Agosto de 2018
No te pierdas el próximo artículo sobre Hungría “Rarezas culturales de Hungría”[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_facebook type=”button_count”][/vc_column][/vc_row]
